El peor año para vivir según la historia

Según el historiador medieval y arqueólogo de la universidad de Harvard, Michael McKormick,  el peor año para vivir fue el año 536 DC, pues no se trató del inicio de una era desastrosa sino de un año en específico que preferiblemente era mejor estar muerto. La historia estima que hubieron años difíciles como en 1537, donde la peste negra azoto una gran parte de los países europeos, y posiblemente el más sonado, el año 1918, cuando inicio la pandemia de gripe que mató un promedio de cien millones de personas, pero nadie sabe que paso hace 1500 años. 

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La historia marca un receso económico de casi un siglo para establecer un equilibrio entre la población, esto se puede evidenciar gracias a los estudios de historia, y de los registros del imperio bizantino en manos de Justiniano el Grande, pero no se reporta nada grave respecto a lo común, como guerras, pandemias, genocidios ni plagas sino de un hecho inusual que se presentaba en el cielo, una nube polvorienta que bloqueaba el sol, lo que hizo desplomar las temperaturas provocando caos, sequías y hambruna generalizada.


La plaga de Justiniano, como los historiadores la denominan, deriva de un sol sin brillo que se mantuvo así durante un año continuo, provocando temperaturas cercanas a los cero grados, dando pie a la peste bubónica, que luego de azotar el puerto romano de Pelisium en Egipto, arraso casi con un tercio de la población del imperio lo que acelero su colapso.

¿Pero de donde provenían estas nubes oscuras en la atmósfera? La evidencia sugiere que las erupciones volcánicas provocaron una película en la atmósfera compuesta por cenizas volcánicas y escombros, lo que se conoce como tefra, sin embargo, no solo eso provocó la crisis, los núcleos de hielo de Groenlandia y Antártida también erupcionaron prolongando la miseria. Casi un siglo después, se notó una señal de renovación entre los cúmulos de hielo, el plomo, queriendo decir que los humanos aprovecharon la crisis para fundir metales preciosos a partir del plomo. 


Progresivamente, los humanos comenzaron a acumular monedas de plata para afianzar las estrategias comerciales, dando vida a la edad de oro que vino después de la crisis, en resumen, casi un siglo fue necesario para superar una crisis latente, sin embargo, los registros estiman que la proliferación y el uso excesivo del plomo afectaron directamente los núcleos de hielo, lo que coincide perfectamente con los registros de la Peste Negra, un evento de lo que mucho se ha hablado en colegios y universidades. 

Este artículo fue Redactado en base a la revista El Espectador