La mayoría de los docentes tienen dificultades para encontrar la diferencia entre autoridad y autoritarismo y muchos recaen en la pregunta de como ser amados y respetados al mismo tiempo. Puede que sea difícil pero no es imposible, muchos docentes logran ser amados pero su palabra no llega ser respetada por que se hizo amigo del estudiante, por lo tanto es visto como una persona igual sin autoridad dentro del aula de clases.
Un profesor que por sus actos no se hace respetar mas bien se hace odiar, no llega a ser comprendido por sus estudiantes, solo es rechazado y estigmatizado, cada palabra que sale de su boca por muy buena intención que tenga, sera tomada con desagrado debido a las pre-concepciones. Incluso cuando los grupos de estudiantes son nuevos que ni siquiera conocen al docente, ya lo odian porque alguien les contó de su fama de tirano, así que no se molestan en conocerlo, hay que recordar el dicho " haz fama y hechate a la cama".
Para resumir este post presentamos unas pautas para dejar a un lado las conductas tiranas y fuera de tono como los profesores buena onda, que cuentan si salieron de rumba la noche anterior y cuantas cervezas se tomaron mientras el cantante X interpretaba sus canciones favoritas. La autoridad dentro del aula esta condicionada por tres cuestiones simples: el conocimiento, la argumentación y el profesionalismo.
El conocimiento determina a un docente con autoridad científica
Siempre se vera bien dentro del aula un profesor cuyos conocimientos son un lujo para quien lo escucha, cada gesto del docente es interpretado como una duda, una mentira o exageración de los contenidos que presenta asu publico
El argumento de contenidos reemplaza los gritos
Algunos docentes llaman la atención de sus estudiantes alzando fuertemente su voz, en cambio otros llaman a conversaciones con argumentos validos, el segundo tipo de docentes crean la autoridad grupal pareciendo en lo más mínimo un ser autoritario.
Un profesional llama la atención sin generar odio
Los docentes son la autoridad máxima dentro del aula de clase y son los encargados de llamar la atención y para hacer esto se requiere profesionalismo no un enojo personalizado, si se llama la atención con tranquilidad evitando las euforias se puede tener un buen desenlace en la resolución de conflictos.
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