La adolescencia viene acompañada de grandes retos para los docentes, hoy en día es muy común, ver menores de edad enviando fotos semi-desnudos, algunos mensajes sugerentes y vídeos fuera de tono a través del móvil o las redes sociales, sin ser conscientes de los problemas que puede acarrear un mal uso de estos contenidos, el sexting es necesario analizarlo como un fenómeno social y como tal se deben formular pautas para prevenirlo y solucionarlo en familia.
Los selfies o auto-fotos están de moda en las redes sociales y los adolescentes son un mercado conquistado por el Internet, en ocasiones se puede observar jovenes que comparten sin ningún filtro sus imágenes en lugares peligrosos como Instagram, Facebook, y Twitter. Las razones para que un adolescente agregue fotos atrevidas pueden ser muy variadas, en muchos casos solo hacen como un acto para conseguir aprobación social, miden su autoestima según el numero de likes que consigan, se exhiben públicamente hasta abandonar gran parte de su intimidad.
El sexting se deriva de los caracteres ingleses "Sex" y "Texting" es decir el envío de contenidos de carácter sexual, principalmente sobresalen los fotos o vídeos atrevidos, con escasa ropa, desnudos y comportamientos deliberadamente sexuales. En ocasiones, son los propios menores los que voluntariamente realizan este tipo de contenidos como prueba de amor por su pareja, o por atraer a alguien, o posicionamiento social. Suena alarmante pero estos comportamientos no significan que haya comenzado su vida sexual, lo que puede ser un parte de tranquilidad para los padres.
El problema del sexting no radica en compartir imágenes y vídeos, el problema radica cuando se pierde el control sobre los contenidos compartidos, tan pronto una imagen este en manos de otra persona, este puede disponer de ella a su gusto. el nuevo propietario puede compartir públicamente por despecho, por venganza, para presumir de su conquista o solo por divertirse, en algunos casos los hackers roban información para luego extorsionar a los propietarios.
El problema no se detiene, este tipo de contenidos puede difundirse y volverse viral llegando a muchas personas muy rápidamente, y lo que es peor perdurar en el tiempo, complicando las relaciones futuras. El ciber-acoso y la humillación publica, así como la inclusión a portales de pornografía que pueden atraer la atención de pederastas, ocasionando en el adolescente un estrés psicológico, que llevan a trastornos de ansiedad, depresión y conductas suicidas o de auto-lesión.
Todo se puede evitar si se mantienen los hábitos de dialogo, es necesario recomendar a los adolescentes no tomarse fotos de este tipo, si no existen no se pueden difundir, dado el caso que sea uno de nuestros hijos quien reciba un mensaje de este tipo, es necesario eliminarlo inmediatamente y notificar al padre del remitente, si son estudiantes es necesario informar a los docentes del plantel educativo, por ningún motivo puede guardar ni reenviar estos contenidos porque atentaría contra la intimidad personal, y también cometería delitos de posecion y difusión de pornografía infantil.
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Fuente: Oficina de seguridad del internauta.